Copiapó: trabajadores de hogar de ancianos se movilizan por sueldos atrasados y malas condiciones

Copiapó: trabajadores de hogar de ancianos se movilizan por sueldos atrasados y malas condiciones

Trabajadores del hogar municipal alzan la voz en Copiapó

Por Luis | Copiapó

Un grupo de cuidadores, técnicos en enfermería y personal de apoyo del hogar de ancianos administrado por el Municipio de Copiapó inició una movilización pacífica para denunciar sueldos atrasados, falta de insumos básicos y turnos sobrecargados. La protesta se realizó sin interrumpir los cuidados esenciales: alimentación, administración de medicamentos y aseo personal continuaron con dotación mínima.

Los trabajadores aseguran que los retrasos en el pago se han repetido en los últimos meses y que la incertidumbre económica ya golpea a varias familias del equipo. Algunos señalan que han debido endeudarse para costear transporte y alimentación, mientras otros evalúan dejar sus puestos si no hay una solución concreta. “Queremos trabajar tranquilos y con reglas claras”, resumen.

La denuncia no se limita al salario. El personal habla de carencias de guantes, pañales y productos de limpieza, inventarios ajustados que tensan el día a día y aumentan el riesgo de errores. A esto se suma la falta de reemplazos en turnos nocturnos y fines de semana, un problema que se repite en residencias de larga estadía cuando no hay presupuesto para reforzar dotaciones.

Las familias de los residentes fueron informadas del escenario. Según comentan trabajadores, hubo preocupación por la continuidad del servicio, pero se acordó mantener los cuidados críticos mientras se busca una salida. Nadie quiere que los mayores paguen el costo del conflicto.

Al cierre de esta edición, el Municipio de Copiapó no había entregado una versión oficial pese a las consultas. También se solicitó información a organismos sectoriales para conocer el estado de los convenios y los flujos de recursos, trámite aún en curso.

Qué hay detrás del conflicto y cuáles son las salidas

Qué hay detrás del conflicto y cuáles son las salidas

Los hogares municipales para adultos mayores suelen financiarse con una combinación de recursos locales, aportes sectoriales y, en algunos casos, cofinanciamiento por convenios. Cuando se tensan los presupuestos —por atrasos en transferencias, alzas de costos o procesos administrativos lentos— el primer síntoma aparece en la caja chica: se demora el pago a trabajadores y proveedores, y se recorta lo que no es urgente. El resultado es predecible: mal clima laboral y riesgo para la continuidad del servicio.

En Chile, el Código del Trabajo obliga a pagar remuneraciones en la fecha pactada y contempla multas por atrasos. Además, las residencias de larga estadía están sujetas a normas sanitarias que exigen estándares mínimos de higiene, alimentación y personal. Si fallan, la autoridad puede fiscalizar y exigir planes de mejora. En hogares con alta dependencia, cualquier desajuste administrativo tiene impacto real en el cuidado diario.

El equipo movilizado pide certezas. No buscan solo un pago puntual, sino un compromiso verificable que impida que el problema se repita el próximo mes. Quieren claridad sobre contrataciones, respaldo para reemplazos en turnos críticos y un stock de insumos que no dependa de “hacer rendir” lo poco que llega.

Estas son las peticiones centrales planteadas por los trabajadores:

  • Calendario de pagos con fechas y responsables, incluyendo la regularización de montos adeudados.
  • Formalización de contratos y cobertura de cotizaciones pendientes, si las hubiera.
  • Abastecimiento estable de insumos clínicos y de higiene.
  • Refuerzo de dotación en turnos nocturnos y fines de semana para evitar sobrecarga.
  • Instalación de una mesa de trabajo con representantes del municipio, con plazos y seguimiento público.

En el corto plazo, la vía institucional más probable es una mediación ante la Inspección del Trabajo, sumada a gestiones presupuestarias internas del municipio para normalizar pagos. Otra ruta es que se convoque a la comisión de Desarrollo Social del concejo municipal para transparentar números, priorizar partidas y fijar metas con fechas. La clave: que los acuerdos se documenten y se cumplan, con monitoreo externo si es necesario.

Mientras tanto, el personal intenta sostener el servicio sin quemarse en el intento. La experiencia muestra que, cuando hay un plan claro con fechas y financiamiento, los equipos se reordenan rápido. Lo contrario —parches mensuales y silencio— solo prolonga el conflicto y desgasta a quienes cuidan a los residentes, el corazón de cualquier hogar de larga estadía.

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